Lo primero felicitar a todos los padres en este día tan señalado para ellos. Y por esta razón traemos este artículo de Álvaro Lucas a raíz de la traducción de este libro: How to Raise Kind Kids. Thomas Lickona, en este libro hace un retrato de los padres con una autoridad clara, que combina razonamientos con cariño.
Las cinco claves fundamentales son las siguientes:
1. Tienen claros algunos principios de actuación de acuerdo con los valores de la familia.
2. No permiten ninguna contestación irrespetuosa, ni en el tono ni en el contenido.
3. Se toman en serio las cosas pequeñas de los hijos.
4. Enseñan disciplina de un modo en que los hijos asuman la responsabilidad de sus actos.
5. Supervisan con delicadeza.
Si las normas están claras y razonadas desde el principio, los hijos entienden que no son arbitrarias.
¿Por qué ser buenos? ¿Por qué hacer el esfuerzo de desarrollar un carácter amable? ¿En qué consiste la verdadera amabilidad? Son preguntas que plantea Thomas Lickona en su libro How to Raise Kind Kids. Ser una persona con carácter significa tratar de ser la mejor persona que se puede ser, pero teniendo claro que dar lo mejor de sí no significa ser perfecto. (por Álvaro de Lucas)
How to Raise Kind Kidses el resultado de toda una vida dedicada a la educación del carácter. Lickona, especialista en psicología del desarrollo, es el director y fundador del Center for the 4th and 5th Rs (Respeto y Responsabilidad) en la Universidad del Estado de Nueva York.
(Artículo publicado en Aceprensa)
No se trata de promover constantemente acciones externas, sino acciones motivadas por una actitud interior de preocupación por la felicidad de los demás
En este libro sostiene que la amabilidad no es simple cortesía, sino el fruto de la decisión de querer hacer el bien y del ejercicio de una serie de virtudes. Como decía Aristóteles, “llegamos a ser buenos haciendo el bien”. Por eso, los padres deben convertirse en los entrenadores del carácter de sus hijos, ayudándoles a convertir ciertos comportamientos en hábitos. Y una parte importante de la labor de un entrenador del carácter es saber hacer todo esto en el momento adecuado.
La amabilidad como actitud.- En un discurso dirigido a un grupo de estudiantes de la Universidad de Syracusa, el escritor estadounidense George Saunders les propuso que pensaran a qué personas recordaban con un cariño profundo, contestando él mismo que seguramente les vendrían a la cabeza aquellas que habían sido especialmente amables con ellos. Pues todo aquel que se precie de ser un buen padre quiere que sus hijos sean recordados así.
Los padres quieren que sus hijos sean buenas personas, que sean felices, que tengan amigos; que descubran sus talentos, el sentido de sus vidas y que logren cierto nivel de éxito en aquello que se sientan llamados a llevar a cabo. Pero el éxito será hueco si no tienen un buen carácter.
Si nos preocupamos de verdad por fomentar la amabilidad, encontraremos la manera de proporcionar estructuras de apoyo que ayuden a los niños a superar tendencias sociales negativas y a desarrollar una comunidad que tenga sus propios medios para que nadie quede fuera de ella. No se trata de promover constantemente acciones externas, sino acciones motivadas por una actitud interior de preocupación por la felicidad de los demás.
Hijos con derecho a todo.- Desde una perspectiva centrada en Estados Unidos, pero trasladable en muchos casos a otros países, Lickona llama la atención sobre algunos factores que contribuyen al déficit de amabilidad en la sociedad actual.
Uno es la mayor crispación política. Mucha gente que solía discutir sus diferencias políticas e ideológicas con amigos o conocidos confiesa que hacerlo ahora es más difícil, si no imposible. Los padres deben afrontar este problema con los hijos, adaptando las conversaciones a sus edades. Es adecuado preguntarles en momentos distendidos –por ejemplo, durante la cena– qué comportamientos observan en el colegio. Cómo se tratan los compañeros unos a otros. Comentar las noticias. Plantearles cómo actuarían en determinadas situaciones. Cómo podemos demostrar respeto hacia aquellas personas que piensan de manera diferente a nosotros.
Otro problema es la mentalidad del derecho a todo, que ralentiza que nuestros hijos sean conscientes de la responsabilidad que tienen en el desarrollo del bienestar y la felicidad de otros, empezando por la propia familia. La responsabilidad está estrechamente conectada con la amabilidad, pues en la medida en que los niños son amables piensan con naturalidad en los demás y menos en sí mismos. Por eso, cuando la amabilidad tiene un papel destacado en la cultura familiar, los hijos disfrutan más haciendo cosas por los demás.
En muchos casos, el carácter endeble de los jóvenes es el resultado de que no les haya faltado de nada, además de tener padres que les sobreprotegen. Los padres de hoy ya no son “padres helicóptero”, sino “cazas de guerra”, dice Lickona. Para ilustrar esta realidad pone el ejemplo de unos padres que con una hija de 9,7 de media quieren saber cómo pueden ayudarla a mejorar… en sus estudios.
Otros dos factores son el dominio de las pantallas en la vida familiar y la sexualización de nuestra cultura, alimentada por la pornografía y por los aspectos más nocivos de las redes sociales.
Cómo crear una cultura familiar positiva.– Para lograr que los hijos lleguen a ser amables, respetuosos y responsables es necesario fomentar una cultura familiar en la que sus miembros estén constantemente instados a vivir por un ideal elevado que tenga en cuenta a los demás y responda a sus necesidades con espíritu de generosidad. Lickona sugiere seis principios de actuación:
Hacer del carácter una prioridad en la familia. Así como las empresas se definen mediante una misión, también las familias deben pararse a pensar qué es lo que las define. ¿Qué clase de familia nos gustaría ser? Cuando llevas a cabo esta tarea, quieres hacer explícitos y concretos tus valores principales para que todos en la familia los tengan claros, cada uno a su nivel.
Es importante que los hijos participen activamente en la definición de esa misión y valores, porque si se utilizan algunas de las ideas que proponen, su compromiso será mayor. Cualquier conflicto, suceso o situación de tensión deberá verse con los ojos de la misión, haciendo más fácil una respuesta clara y común por parte de todos.
Cuando la amabilidad tiene un papel destacado en la cultura familiar, los hijos disfrutan más haciendo cosas por los otros
Un ambiente familiar positivo y amable no es posible sin la gratitud como bandera. Es fundamental mostrarse agradecido por lo que otros han hecho por nosotros. Las frecuentes expresiones de agradecimiento crean una atmósfera familiar de cariño. Crear rituales de agradecimiento como dar gracias antes de las comidas, comenzar una conversación familiar haciendo una ronda de agradecimientos ¿Por qué tenemos que dar gracias hoy? Y dar gracias con los niños antes de ir a dormir. La gratitud es un gran paso en el desarrollo de una cultura de la amabilidad en una familia.
Dedicar a los hijos tiempo y afecto. Dedicar tiempo a cada hijo, incluso cuando se tiene una familia numerosa, porque en ese tiempo muchas veces se producen ocasiones para que cuenten sus cosas en una forma más íntima. Evidentemente, las comidas en familia son esenciales porque supone una inyección de intimidad familiar para compartir nuestros pensamientos, experiencias y valores. En ellas surgen de un modo natural preguntas sobre el mejor o el peor momento del día, qué cosas hemos aprendido, a quién hemos ayudado o si nos han ayudado en algo. Este tipo de encuentros facilita que cuando alguno de los hijos tiene un problema, pueda compartirlo en familia y se le pueda ayudar.
Ejercer la autoridad con delicadeza.En The Moral Child, William Damon, psicólogo de Stanford, afirma que el futuro desarrollo moral de los hijos descansa en cómo hayan logrado sus padres hacerse respetar y ser obedecidos. Por otro lado, en Take Back Your Kids, el psicólogo de familia William Doherty afirma que “nos enfrentamos a una epidemia de inseguridad parental”. Los padres que desarrollan una autoridad adecuada suelen combinarla con razonamientos y cariño, pero atajando desde el principio cualquier falta de respeto.
Dar a los niños voz y responsabilidad en la familia. Diversos estudios demuestran que los niños se benefician de las experiencias de refuerzo moral. Estas experiencias les permiten participar en decisiones que afectan a sus propias vidas y las de otros. A lo largo del tiempo, les ayuda a desarrollar confianza en su capacidad para influir en el entorno y aumenta su deseo de contribuir con un impacto positivo en el mundo.
Es importante también darles responsabilidades desde pequeños de acuerdo con su edad. Hacerles ver que es un privilegio pertenecer a una familia, pero ese privilegio comporta unas responsabilidades. Por eso no hay que olvidar, como señala Irene Freundorfer, educadora familiar y madre de seis chicos y cuatro chicas (www.10kids.com) que “incluso aunque se trabaje para lograr una actitud cooperativa, se debe dejar claro a los hijos que hacer su parte de las tareas del hogar no es una opción, sino una obligación”.
Difundir la compasión más allá de la familia. En Parenting for Character, el educador Andrew Mullins explica cómo un amigo logró implicar a su hijo de 15 años en la ayuda a los más necesitados. El chico insistía una y otra vez en que su padre debía comprarle unas nuevas zapatillas de 200 dólares, hasta que el padre le propuso un día salir a cenar fuera de casa. Le llevó a la ciudad y allí estuvieron haciendo cola en un comedor social. Han pasado ya dos años y desde entonces el chico colabora en ese comedor social una vez a la semana.
¿Cómo hacer ver a los hijos que la gente fuera de nuestra familia también nos debe importar? Con el ejemplo.- Hay miles de historias de chicos que cambian su actitud por la experiencia del servicio directo a los demás. ¿Cómo hacer ver a los hijos que la gente fuera de nuestra familia también nos debe importar? Con el ejemplo. Lickona cuenta que uno de sus estudiantes compartió con él un recuerdo de algo que su padre había hecho: “En un frío día de diciembre en Brooklyn, cuando tenía 10 años, regresaba a casa con mi padre conduciendo el coche cuando él se dio cuenta de que había una persona aterida en la acera. Sin pensarlo, paró el coche, salió y le dio su abrigo, su gorro y sus guantes. Cuando le pregunté por qué había dado sus prendas a un desconocido, me contestó ‘porque los necesitaba’. Me sentí muy removido por la bondad de mi padre”.
Adoptar una visión noble de la vida.Otro estudiante de Lickona se quejaba al terminar un programa de educación del carácter de que, a pesar de que era bueno practicando el levantamiento de pesas, no podía competir con otros deportistas porque muchos de ellos consumían esteroides. Su profesor de educación física les había mostrado una encuesta en la que se preguntaba a los levantadores de pesas qué harían si pudieran tomar una droga que les garantizara ganar todas las competiciones en los próximos cinco años, aun teniendo la seguridad de que al terminar ese tiempo morirían inevitablemente. La mayoría contestó que la tomarían sin dudarlo.
¿Por qué un número significativo de jóvenes viven la vida con un enfoque cortoplacista? La respuesta de Lickona es que tienen un vacío espiritual. Algunos jóvenes carecen de una noble visión de la dignidad humana, del destino humano, del último significado de la vida. No saben por qué están aquí.
Algunas investigaciones recientes muestran que la fe y la práctica religiosa pueden ampliar las aspiraciones de los jóvenes. El informe sobre tendencias de la juventud Religious Involvement and Children’s Well-Being indica que los jóvenes que asisten con mayor frecuencia a servicios religiosos y que afirman que la fe es importante en sus vidas tienen mayores niveles de altruismo y menos de consumo de alcohol y drogas. Una de las maneras que tiene la religión de prevenir comportamientos antisociales o dañinos en los chicos es orientarles para que escojan a amigos que no estén relacionados con esa.
El boletín periódico de El Foro Español de la Familia en numerosas ocasiones trae estupendos artículos que son de interés general porque la problemática de la manipulación de ciertos ideólogos y gobiernos actúan sospechosamente al mismo tiempo, así que lo que vale para España, vale para Argentina, Chile, México… etcétera.
Queremos compartir con nuestros seguidores uno que hace referencia a nuestros hijos, y a ustedes como padre o madre de ellos.¿Por qué hay este empeño desde los poderes públicos y diversas minorías en saltarse a los padres para educar a los hijos ajenos? ¿Por qué esa obsesión por controlar lo que deben pensar, incluso sentir los pequeños? ¿Qué necesidad hay de convertir a esos inocentes en activistas desde su más tierna infancia? La respuesta es simple, pero no por ello menos preocupante: la imposición de una única manera de ver la realidad, por supuesto, la suya, y la manera más directa y eficaz es el asalto de las conciencias de los menores, antes de que puedan desarrollar su propia personalidad y criterio.
Recomendamos también un libro de especial iteres El colapso de la autoridad, donde Leonard Sax trae a colación casos reales, problemas y soluciones, de padres, hijos y profesores que dejan de manifiesto el declive en la autoridad de los padres frente a niños y adolescentes hoy en día.
Este libro ofrece a los padres y educadores una oportunidad única para reflexionar sobre su propio estilo educativo y reconocer qué necesitan para reforzar los lazos con sus hijos… o quizá para comenzar a crearlos.
Efectivamente la lucha contra el sida sigue siendo una asignatura permanentemente fallida, cada año sigue infectándose 2,5 millones de personas, pero las instituciones no cambian de fórmula preventiva para combatir esta lacra social.
Un libro necesario para profundizar en esta fecha Sida, repensar la prevención (Sekotia) y nos recuerda que el SIDA sigue vivo, que lejos del silencio de las grandes instituciones internacionales, sigue aumentando año a año, lo que nos debiera llevar, junto al autor de la obra, a repensar la prevención.
El autor, Pedro Pérez Cárdenas, no es un advenedizo. Esta licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Psicopedagogía. Profesor de bachillerato en la enseñanza pública, al tiempo que participaba en una ONG dedicada a la lucha contra el SIDA, presidiéndola durante los10 últimos años. También, se ha dedicado a una labor itinerante dando charlas y criterio a jóvenes docentes en América, de forma muy especial sobre qué es el SIDA, la prevención, cómo actúa y sus consecuencias.
Sida, repensar la prevención es un libro “antisistema” porque pone en el patíbulo a los métodos preventivos oficiales difundidos por instituciones internacionales como ONUSIDA o el propio Ministerio Sanidad con el uso de preservativos casi como única solución a los problemas de propagación, y sin embargo está demostrado que solo tiene “éxito” en un 80% la posibilidades de no contagio. “A mí me gusta llamarlo condón –dice Pedro Pérez Cárdenas, autor del ensayo-, no preservativo, porque esa palabra parece decir que preserva del daño, y es falso. Es una forma de confundirnos con una palabra engañosa al oído”.
El autor, Pérez Cárdenas, propone e insiste en tres temas principales para su prevención real: reeducación, monogamia y castidad. Y recuerda también qué factores son los que fomentan el contagio y de los que hay que huir: drogas, prostitución, homosexualidad, ideologías imperantes, precocidad/promiscuidad/poligamia, corrupción sexual y sexo alocado. Por el contrario los factores que ayudan a su detención son: análisis VIH, educación sexual sin intervención ideológica, circuncisión y abstinencia/fidelidad.
La publicación es muy didáctica y muestra al lector el proceso de la enfermedad, los últimos datos sobre la epidemia, testimonios, tratamientos más avanzados (éxitos y fracasos), la prevención actual (que no termina de funcionar) y las propuestas que hace para confiar en el futuro.
Recomiendo oír con atención este programa de radio donde el autor explica con fuerza el sentido del libro y hacía dónde nos lleva una sociedad hundida en la desesperanza porque las recomendaciones oficiales siguen siendo las msmias año tras años y la situación no mejora.
Sida, repensar la prevención, un libro delicado por la temática, que no solo está orientado a los profesionales de la salud, también interesa a los que están inmersos en la sociedad, la opinión, la dedicación o la orientación familiar, escolar y de la juventud en general. Además, se trata de las pocas obras que aportan un criterio claro y sin eufemismos, construye desde argumentario tan sólido como divulgativo con el que poder explicar a terceros los riesgos de no acceder a nuevas formas de prevención, como propone el autor.
Sólo entre abril y diciembre de 2015, 1013 menores ingleses fueron sometidos a terapias para el “trastorno de identidad de género”, tratamientos que van desde la consulta psicológica al bombardeo hormonal para bloquear el desarrollo del paciente en vista del cambio quirúrgico de sexo. Hace cinco años, en 2009-2010, los menores tratados de este modo fueron 97. Además del aumento exponencial de casos, lo que asombra también es la suma de dinero público (2,7 millones de libras esterlinas) destinada para este tipo de tratamientos en un sistema sanitario que está atravesando una grave crisis de sostenibilidad. [Sigue AQUÍ el resto del artículo]
zzEn esta ocasión tocamos de un tema profundo y cotidiano; de todos y de nadie; único y de todo el mundo. Hablo de la familia. Sí, esa célula social que ningún político mira excepto en periodos preelectorales o para cuando las instituciones públicas la quieren destruir desde leyes ideológicas interesadas, y no precisamente en el bien común. La familia es ese espacio del que todos venimos y que tarde o temprano la mayoría vuelve a ella formando la propia.
Un autor que tiene al menos dos títulos muy actuales sobre la familia: José Javier Ávila (1960). Con unas cuántas décadas de experiencia en el mundo de la educación y en la relación con los adolescentes y el trato con sus padres. Un amplio tiempo de relaciones interfamiliares con problemáticas comunes y otros no tanto. Lo mismo ha trabajado en casos de éxito como en situaciones de verdadero fracaso familiar. Esa oportunidad profesional le ha llevado a desarrollar un fino olfato sobre cómo ayudar a la familia desde dentro. A Ayudar no desde las instituciones, que una y otra vez se empeñan desde las nefastas políticas sociales de partidos y a fines, entrometiéndose en la intimidad del reducto más privado de la persona como es la familia, diciendo qué deben hacer los padres y retirándoles en muchos casos la autoridad respecto a los hijos, como por ejemplo la libertad de elegir el tipo de educación que ellos como progenitores desean para sus hijos, que por eso también pagan sus facturas, son responsables de sus «travesuras» cuando son menores y dan la vida por ellos.
100 maneras poner las pilas a tu familia (Rialp, 2013) surge de la necesidad de padres y educadores, de saber cómo unificar criterios de educación. Ávila hace un vademécum completo, no científico, que se convierte en una obra donde el sentido común se desborda y es precisamente la sencillez de las ideas madre de la vida misma lo que da sentido al sentido común, valga la redundancia. Quizá deberían avergonzarse las dos últimas generaciones de padres* de que alguien venga a recordarles que virtudes -ahora lo llaman acomplejadamente valores- como el orden, el respeto, la laboriosidad, la higiene, agradecer lo recibido o que la autoridad paterna… son la base irrenunciable de una buena travesía en la vida de familia. Cien -100- recetas imprescindibles que nos marcan una ruta saludable y que ayuda a crear un cuadro familiar equilibrado donde cada uno tiene un sitio en casa, pero a diferencia de la silla del comedor o la mesilla de noche, las personas son espacios de vida irreemplazables que cuando no están en su sitio no se puede volver a rellenar de cualquier manera. Padres e hijos, abuelos y familiares, compañeros y vecinos, amigos y conocidos, los que caen bien o mal… Todos forman parte de la formación de nuestros hijos y todos deben estar circunscritos a un conocimiento común, sobre todo de sentido común. Este libro de Cien maneras de poner las pilas a tu familia es una buena guía que debieran leer -ahora sí- el padre y la madre al unísono.
Cincuenta maneras de mejorar a tu familia (Rialp, 2015) aparece 2 años después a rebufo de su primer libro en esta especie de de recetarios de vida en familia de la que José Javier Ávila parece que se ha convertido en un experto. Pero surge, no como algo espontáneo como si pudo suceder con el anterior, si no más bien de la reflexión que ha provocado en muchos la primera parte -por llamarlo de alguna forma-. Alumnos, matrimonios, profesores, orientadores de familia… todos han sugerido y opinado y el autor ha recogido con buen gusto haciéndolo útil a todos, no solo a aquellos interesados. En el fondo este título es un manual del usuario ampliado del anterior que ahonda de forma más concreta en los mismos temas que el anterior u otros similares, quizá ahora es más puntilloso, pero sin salirse de la línea de la observancia del amable sentido común que tan poco cotiza hoy en las relaciones de todo tipo. Cincuenta maneras de mejorar a tu familia es un buen amigo de padres preocupados por la marcha de la familia y del crecimiento en libertad de cada uno de los miembros que la componen. El propio autor razona la cuestión desde el punto de vista mecánico: Si no hay mantenimiento, las cosas se oxidan, y dejan de funcionar correctamente… En efecto, revisar comportamientos en las diferentes etapas de la educación sin perder de vista la base de toda buena educación: libertad, respeto, autoridad.
Si cree que no son libros para usted, solo me queda darle la enhorabuena; pero seguramente, desde su envidiable perfección personal, sabrá de alguien a quién recomendárselo.
(*Nota del autor: cuando digo «padres» no pienso añadir «madres». En castellano no es necesario ser tan cursis y como tenemos un idioma maravilloso que es inclusivo, el masculino se convierte en neutro y define ambos sexos. Si alguien tiene dudas sobre este asunto puede consultar la RAE AQUÍ)
ELEGIR COLEGIO, EDUCAR EN LIBERTAD. El despertar de los padres: ¡que no eduquen a tus hijos!
La educación escolar es una de las palancas más importantes en la formación de nuevas generaciones. Hay padres que no les importa que «otros» eduquen a sus hijos. Pero hay otros padres muy diferentes que no permiten que nadie les suplante en esa tarea. Esta nueva propuesta editorial de Sekotia viene a cubrir un aspecto muy importante: la de ayudar a argumentar a los padres a favor de la educación que ellos desean para sus hijos, sin que nadie -¡NADIE!- pueda tomar esa decisión por ellos… Les presentamos: Elegir colegio, educar en libertad
Se trata de un ensayo que ayuda a los padres de familia a pensar, a formarse y a tomar decisiones sobre la elección de colegio y el tipo de educación (mixta, diferenciada, pública, concertada o privada) que desea para su prole.
Con respeto máximo a quienes tengan cualesquiera otros planteamientos educativos, el autor aporta una serie de claves para tratar de conseguir escolarizar a los hijos de la mejor manera posible. Realiza reflexiones ineludibles y propuestas prácticas sobre la felicidad, la libertad, la familia, el sistema educativo, la formación de los hijos y su progreso como personas, el laicismo, y la presencia y enseñanza de la religión en las aulas, el crucifijo el adoctrinamiento, la educación diferenciada, el dinero en la escuela, el cheque escolar, la relación con los maestros, la elección de colegio…
En definitiva, se trata de un ensayo diferente y necesario interesante, y breve (apenas 132 páginas), que lo hace dos veces bueno. Si deseas saber más o adquirir un ejemplar de Elegir colegio, educar en libertad, sigue el enlace del título.
Se trata de una artículo publicado porADICCIONES DIGITALES una prestigiosa fuente de imformación sobre el uso abusivo y malicioso de las tecnologías que dirige Juan Manuel Romero, autor de USO Y ABUSO DE NUESVAS TECNOLOGÍAS
Las cifras absolutas indican que casi 40 mil niños españoles de edades comprendidas entre los once y los dieciséis años ven sexo en Internet con el total desconocimiento de sus padres. Sin embargo, a pesar de estos datos, lo cierto es que, según el sondeo EU Kids Online, compuesto por 25 mil encuestas, nuestros adolescentes ven menos sexo a través de la Red que otros europeos de su misma edad. Hay otras situaciones que también afectan a nuestros jóvenes, como es el caso del ciberacoso, que en alguna ocasión ha acabado en suicidio.
Este ciberacoso tiene dos vertientes principales; cuando se acosa a un adolescente por parte de un grupo de la misma edad o cuando se hace por cuestiones sexuales. En este segundo caso el acosador suele ser una persona mayor, generalmente muy inteligente y paciente que espera el momento oportuno para cazar a su presa. El problema es que esa presa puede ser nuestro hijo.
Hay que tener en cuenta que en España el 68 por ciento de las viviendas tiene ordenador, el 69 por ciento dispone de Internet, el 57 por ciento tiene banda ancha, el 80,3 por ciento tiene teléfono fijo y el 94,6 por ciento dispone de teléfono móvil. Con toda esta tecnología a su alcance, nuestros adolescentes lo tienen muy fácil para hacer lo que quieran y sus padres muy difícil para evitarlo.
Lo cierto es que no es difícil que se produzcan situaciones indeseadas por los progenitores si tenemos en cuenta el uso que nuestros hijos hacen de los ordenadores y el resto de la tecnología que ponemos a su disposición y que les permiten conectarse a Internet sin restricción alguna. Porque no es solo el ordenador, también el móvil y otros muchos aparatos que tienen al alcance de la mano.
“Hay que lograr evitar situaciones graves y traumáticas, y para ello hay que poner algunos medios y una serie de normas básicas de comportamiento dentro del hogar, que nos permitan intentar evitar males mayores” señala Juan Romero, fundador de Adicciones Digitales.
Adicciones Digitales es una organización que imparte charlas, conferencias y organiza seminarios dirigidos a adolescentes, jóvenes, padres, profesores y profesionales en general con el fin de mostrarles cómo hacer un uso saludable de esa tecnología. Realiza sus actividades en colegios, universidades, centros sociales y empresas, tanto en la Península como en las islas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Muchos de los problemas que nos encontramos se producen por el desconocimiento de los padres ante una realidad nueva. Según Raimundo García, Consejero Delegado de Cobertura Informática:
“En el mundo de las nuevas tecnologías está todo por ordenar. Mientras en la vida civil la educación viene de generación en generación y existen reglas, normas y legislación, a la generación actual de padres nos toca educar en algo que no hemos sido nosotros educados, necesitamos herramientas de ayuda en la que nuestros hijos tengan un tutor permanente.”
Cobertura Informática (www.coberturainformatica.com) es una empresa que ha desarrollado una completa aplicación de “Control Parental” para ayudar a los padres en el control y educación de los hijos menores, en el uso de las tecnologías TIC.
“No debemos tener miedo a la palabra control. Siempre será mejor que nos llamen controladores o autoritarios a que haya una desgracia en casa”, afirma Romero.
Por su parte, Raimundo García recuerda que:
“Así como el desarrollo de las TIC nos ha traído grandes adelantos sociales en muchos aspectos de nuestra vida, también implican amenazas y debilidades a nuestra sociedad y sobre todo a los menores. Hay niños menores de 16 años con problemas de ludopatía y adicciones, como resultado del abuso indiscriminado de Internet y otras funciones TIC”.
Ante toda esta avalancha de posibilidades que se abren a los ojos de nuestros hijos, no queda más remedio que buscar un camino intermedio entre su magnífico conocimiento de la tecnología y su nulo sentido común. Romero considera que:
“…lograr ese punto de encuentro será lo que permita que puedan utilizar esa tecnología de forma sensata y saludable, y evitará que los padres nos topemos con un disgusto inesperado”.
“En cualquier caso, la labor preventiva de los colegios, ayuntamientos e instituciones en general es esencial para que ese uso saludable de los ordenadores siga siendo saludable, y no nefasto. Ellos son los responsables de informar y formar a los padres en ese mundo que a esos padres, en demasiadas ocasiones, se nos hace demasiado grande”, concluye Romero.
El Foro de la Familia le recuerda a la delegada de Educación en Huelva que la familia de Bollullos sólo sigue las instrucciones del Tribunal Supremo
El Foro de la Familia le recuerda a la delegada de Educación de la Junta de Andalucía en Huelva, Antonia Cascales, que no es cierto que haya sido aprobada la LOE en el Parlamento por todos los grupos parlamentarios y que el diseño español de Educación para la Ciudadanía no tiene precedente en ningún país de la UE.
Precisamente, el problema que se da en España es que EpC se ha definido como educadora de la conciencia moral sustituyendo a los padres, y con unos contenidos que suponen tomar postura gubernamental a favor de determinadas ideologías y opciones morales de las muchas que conviven en nuestra sociedad pluralista.
El presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, señaló que «los padres de Bollullos están defendiendo un derecho básico previsto en nuestra Constitución siguiendo las indicaciones y las pautas que dio el Tribunal Supremo en su reciente sentencia sobre esta asignatura; y son muchos miles de familias las que desde toda España las apoyan y admiran por su valiente defensa de su derecho a educar a sus hijos en libertad sin intromisiones ideológicas de ningún Gobierno».
El abogado de la familia, Abel Martínez, ratifica que «la familia de Flores Cano está empleando los mecanismos judiciales propuestos por la reciente sentencia del Supremo y en el legítimo ejercicio de sus derechos para elegir la educación moral que quiere para su familia».
El Foro de la Familia solicita a esa señora que en vez de amenazar con suspensos vele porque no se utilicen en la escuela libros ni materiales pedagógicos que violenten la libertad de conciencia ideológica y religiosa de los alumnos.