Gracias a buena parte del movimiento feminista la mujer es un sujeto de pleno derecho en el mundo occidental. Sin embargo, las mujeres empiezan a no reconocerse en un feminismo radical, que elimina las distinciones entre masculinidad y feminidad, y pretende que el género de las personas sea el que ellas elijan, sin condicionamientos biológicos.
Se ha pasado de la lucha por la igualdad a la anulación de las diferencias